Menos riesgos en el laboratorio

Conseguir con medios sencillos mayor seguridad en el trabajo del laboratorio

En el trabajo del laboratorio hay una gran cantidad de riesgos, tanto para la salud de los trabajadores como para la calidad de los resultados del trabajo. No obstante, cumpliendo unas ciertas normas sencillas es posible minimizarlos.

La buena comunicación lo es todo, sobre todo en el trabajo del laboratorio

Un aspecto decisivo para que el trabajo salga bien y sea seguro en el laboratorio es contar con procesos de comunicación que funcionen. Las personas responsables, es decir la dirección de la gerencia o del departamento, son quienes deben desarrollarlos con cuidado y prepararlos de forma lógica para todos los empleados. A este respecto, tiene todo el sentido del mundo tener en cuenta las experiencias y las necesidades del personal y no actuar siguiendo una estricta jerarquía vertical. Los empleados solo cumplirán y respetarán aquellos procesos que comprendan. Por eso es igualmente importante desarrollar y fomentar la aceptación del asunto y también la comprensión mutua. Si, por ejemplo, alguien realiza trabajos de laboratorio que conllevan riesgos para esa persona y para su entorno, se debería informar siempre con antelación a todos los compañeros de los puestos adyacentes, ya que cada uno es también responsable de la seguridad de todos los demás.

Crear estructuras equivale a reducir los riesgos

En el laboratorio se pueden restringir los potenciales riesgos incluso durante la planificación de las condiciones externas. Los puestos de trabajo deberían estar siempre equipados de forma que favorezcan la rutina segura del trabajo en el laboratorio. En muchos casos puede resultar útil asignar herramientas de trabajo básicamente a determinadas zonas. Por ejemplo, en los laboratorios de tecnología genética, debido al elevado riesgo de contaminación, es imprescindible que los materiales de trabajo no se muevan de una zona a las demás. En este sentido las sillas de laboratorio también pueden aportar una gran contribución. Si, por ejemplo, se rotulan claramente y se asignan a un lugar determinado, se reduce el riesgo de confusión. Así se puede asumir que las sillas solo se usarán en los lugares que corresponda en aras de un trabajo seguro en el laboratorio.

La forma más sencilla de conseguir seguridad en el laboratorio: mantener el orden

La mejor de las estructuras solo resulta útil si se pone en práctica. En la rutina del trabajo de laboratorio uno de los desafíos es el cumplimiento consecuente de los principios de orden reinantes. Eso puede significar un manejo cuidadoso del acceso al laboratorio para evitar los objetos contaminados, no dejar en cualquier lugar sustancias peligrosas cuando se han terminado de usar o volver a desmontar inmediatamente construcciones de prueba temporales. A este respecto, las sillas o taburetes de laboratorio y los apoyos para estar de pie pueden convertirse en elementos fundamentales a la hora de reducir riesgos, ya que una estructura compacta no solo permite ahorrar un valioso espacio sino que también facilita en gran medida ordenar con rapidez. Y el mejor requisito para aplicar amplias normas de orden es la sencillez de su implantación, sobre todo en el trabajo en el laboratorio.



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